El Valle del Conando fue poblándose, hace unos 10.000 años, por pueblos ándidos que se autodenominaron “kakanes” y desarrollaron su avanzada cultura de casitas de piedra, alfarería, metalurgia, tejidos y agricultura. Hacia 1.470 d.C., fueron conquistados por los Incas, que los llamaron “diaguitas” y los integraron a su gran imperio, el Tahuantinsuyo. De esa época data el ahora llamado Establecimiento Incaico Potrero-Chaquiago. A mediados del siglo XVI empezaron los preludios de la invasión española. En 1562  se traslada Londres a esta comarca (2ª fundación). El poblamiento extraño despierta la rebelión de los naturales, que se resisten a través de los Grandes Alzamientos. En 1595 los españoles ya erigen un primer fuerte. Se destaca en  la heroica defensa  de sus tierras la figura del cacique Chelemín, quien levanta un fuerte en las lomas de La Aguada. En 1658, Francisco de Nieva y Castilla emplaza el Fuerte de San Pedro de Mercado del Valle de los Andalgalas, hecho que luego se toma como el que dio origen a la Ciudad de Andalgalá. Cruentamente los pueblos originarios son sojuzgados.

La vida colonial se estabiliza hacia fines del siglo XVII y durante el siglo XVIII. Se producen los poblamientos que dan lugar a las actuales localidades de Choya, El Potrero, Chaquiago, Julumao, Malli y Huaco. Surge la merced de Huasan, luego convertida en mayorazgo. El emplazamiento actual de la ciudad ocurre en estos tiempos legendarios, en que nace la esencia criolla de la mixtura racial y cultural. El siglo XIX da lugar al periodo de independencia nacional, que trae otros vientos, tanto luchas fratricidas como nuevas inmigraciones. Creación del Departamento Andalgalá (1821) y de la Parroquia de San Francisco de Asís (1842); auge en el desarrollo con el florecimiento de la vitivinicultura y la minería, a través de la explotación de los yacimientos de Minas Capillitas, el trabajo de los ingenios de fundición Mercedes (1834), Amanao, La Constancia (1875) y Pilciao (1858), épico polo económico y cultural. Institución de la primera escuela (1868); fundación de la Biblioteca Popular Sarmiento (1872); el comienzo de la vida municipal (1895, cumpliendo ley de 1894); instalación del servicio de correos y telecomunicaciones (1874), aguas corrientes y del primer hospital (1896).


El siglo XX trae en su bagaje una nueva explotación de Capillitas (1902) y el Cablecarril de Muschaca con hornos de fundición (1904). Fundación de Tiro Federal y Gimnasia (1904) y el Club Social (1907); la inauguración de la Cuesta de la Chilca (1909) y del ferrocarril (1910), la instalación del establecimiento siderúrgico de Huaco (El Arsenal-1918), donde se realizó la primera colada de hierro del país, con mineral proveniente de Vis Vis (1926). Construcción de la Cuesta de Capillitas (década del 40) y nacimiento del Establecimiento Minero Capillitas de Fabricaciones Militares (1943). Por esta época se produce un hecho mítico: el descubrimiento por parte de Franz Mansfeld de la piedra semipreciosa Rodocrosita, que se producía y desechaba como ganga de la producción de cobre. Él la valoriza comercialmente, se dedica a extraerla y le da el nombre metafórico de “Rosa del Inca”. Considerada la “Piedra Nacional”, Fabricaciones Militares comienza su explotación hacia 1951. Otros hitos que jalonan la historia de Andalgalá son: instalación de una usina eléctrica privada y sala de cinematógrafo (1913); establecimiento de la sucursal del Banco de la Nación (1923); inauguración del Hotel de Turismo (1943); declaración de ciudad (1952, la primera en el interior); creación de Juzgado de Paz (1953); creación de escuelas secundarias (1953 y 1955); creación de Municipalidad de 1ª Categoría (1958); nacimiento del Festival del Fuerte (1967); sanción de la Carta Orgánica Municipal (1995).
Andalgalá es un pueblo que se gestó “fuerte” desde sus más profundas raíces y todo un pasado esforzado en lograr su desarrollo es lo que lo fortalece día a día. La palabra Andalgalá designa a la vez al Departamento, a la Jurisdicción Municipal y la ciudad cabecera, unidos por una magnífica historia.