Los ciudadanos juraron denunciar a los herejes, en esa época tenían que cuidarse, hasta como hablaban. En un barrio de la ciudad, un niño de buenos sentimientos llevaba agua a unos trabajadores de la calle. Se corrió el rumor que esta agua que repartía era mágica y alguien lo denunció. Los verdugos torturaron al niño decían, que era un enviado del demonio.

Era la época de la Santa Inquisición, corría el año 1732 los ciudadanos tomaron juramento para denunciar a los herejes y estar al servicio al Santo Oficio. Todos tenían miedo cuidaban las palabras y actos que intercambiaban con los demás.

Se cuenta, que en un barrio de la ciudad, un niño vivía con su mamá y dos hermanas pequeñas, su padre había muerto y el era el sustento de la familia, se dedicaba a llevar agua en un cántaro a los trabajadores sedientos a cambio de frutas, leña, pan o dinero, muchos hacían línea para tomar esa agua del cántaro decían que les quitaba la sed al instante y después sentían paz y tranquilidad. Con lo que le daban al niño comían muy bien su familia, el cocinaba e inventaba deliciosos platillos, sus hermanas lo admiraban.

La madre del niño enferma y sus hermanas muy jóvenes para salir a la calle para trabajar, el chiquillo se las arreglaba para llevar lo necesario. Al agua de su cántaro comenzó a tener fama, se corría el rumor de que el agua era mágica y curativa, así que muchas personas trataban de toparse con él.

Algunas personas empezaron a tenerle envidia al niño y alguien lo denunció. El Santo Oficio lo detuvo acusándolo de hacer magia negra, hechizar a la gente con el agua del cántaro, su familia no pudo hacer nada por él.

Los verdugos torturaron al niño sumergiendo su cara a un cubo de agua sucia y fría cuando estaba a punto de ahogarse lo sacaban del agua, lo consideraban un enviado del demonio el niño murió de un paro cardiaco. El cuerpo según “maléfico”, lo llevaron a un valle a enterrar. Cuenta la leyenda; donde está sus restos mortales, nació un riachuelo de agua curadora, se dice que se puede visitar el sitio, si se bebe un poco del agua de ese riachuelo, sentirá paz y dicha.